La ‘lactocena’: ¿El peculiar truco para borrar los excesos del verano?

¿Has oído hablar de la “lactocena”? ¡Esta forma de cenar está dando de qué hablar! La popularidad de la lactocena, impulsada por personajes como el doctor Leo Cerrud, ha crecido. Consiste en cenar alimentos lácteos, cuidando así la alimentación tras periodos de indulgencia como las vacaciones. Algunos eligen yogures, otros leche desnatada o incluso optan por un pedazo de queso light. Sin embargo, la pregunta que surge es, ¿realmente nos beneficia este tipo de cena?

Muchos dirán que la alimentación es algo muy persona. No todo lo que funciona para uno será ideal para otro. Hay que mirar bien la dieta diaria y afinar según lo que cada uno necesite. Hasta profesionales como Paloma Quintana, dietista-nutricionista, dicen que no hay nada como el asesoramiento a medida.

Los pros y los contras de cenar lácteos

Cuando se trata de una cena saludable, alimentos como el yogur natural o el kéfir suelen ser buenos por sus aportes nutricionales. Expertos en alimentación, como Estrella Pujol, recomiendan combinar lácteos con frutas o verduras por la noche. Esto puede hacernos sentir más llenos y nos da oportunidad de variar lo que comemos.

No obstante, hay que ser selectivos con los lácteos que elegimos, como insiste Paloma Quintana. Hay yogures llenos de proteínas y otros que no son tan recomendables por su alto contenido en azúcares. Es mejor buscar los naturales y, si se puede, los que no tienen lactosa.

Cómo el queso puede encajar en la “lactocena”

Por su parte, el queso puede complicarnos un poco la situación. Aunque está bien en una dieta variada, Fátima Japón, otra dietista-nutricionista, nos recuerda que ingredientes como la caseína o la sal podrían hacernos “engancharnos” a él. Si eso nos preocupa, mejor disfrutarlo con medida y siempre pensando en una buena variedad alimenticia.

En resumen, puede que la “lactocena” sea útil para algunos, pero siempre con conciencia y conformando parte de un plan de comidas equilibrado. Hay que escuchar a nuestro cuerpo y, sobre todo, tener en cuenta la opinión de un experto. Ellos nos pueden guiar para que nuestras cenas se ajusten a lo que realmente necesitamos.

La “lactocena” ha llamado la atención como una forma de vigilar el peso pero, como todo en la alimentación, hay que pensar muy bien si nos conviene. Es importante buscar consejo de los que saben para poder seguir hábitos sanos y personalizados. Y no hay que olvidar mirar la alimentación de forma integral, incluyendo a todos los grupos de alimentos y cómo nos relacionamos con lo que comemos.

Ahora queremos saber, ¿te parece que la “lactocena” puede ayudar a manejar el peso o eres más de la idea de una nutrición total que no se limite a ciertos alimentos? Tus opiniones y ideas son bienvenidas aquí.

“Dimmi cosa mangi e ti dirò chi sei”, così diceva Brillat-Savarin, padre della gastronomia. La ‘lactocena’ emerge come un nuovo concetto nel panorama nutrizionale, un trucco estivo che promette di mantenere la linea. Ma non è il tipo di cena, ma il nostro rapporto con il cibo a definire la nostra salute. L’approccio di Paloma Quintana ci ricorda che l’intenzione e la condotta sono essenziali. Non si tratta solo di cenare con lácteos, ma di comprendere il nostro corpo e ascoltare i segnali che ci invia. La personalizzazione della dieta è la chiave, e in questo, non possiamo che convenire con l’esperta: l’importante è trovare un equilibrio che si adatti alle nostre esigenze senza cadere in eccessi o restrizioni inutili. Nel gioco della nutrizione, come nella vita, è la moderazione a fare la differenza.

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