En España, el arte y la cultura están a punto de recibir una notable inyección de modernidad y diversidad. Dos de sus museos más emblemáticos, el Museo Nacional de Antropología y el Museo de América, se encuentran en medio de un emocionante proceso de cambio. ¿Quieres saber en qué consiste esta evolución? ¡Sigue leyendo!
El mundo de los museos está en constante cambio, y en España, el Museo Nacional de Antropología y el Museo de América son ejemplos de esto. Estos recintos, trabajando en colaboración con el Ministerio de Cultura, y con el impulso de la Subdirección General de Museos Estatales, están enfocados en una renovación que va más allá de una simple puesta al día de sus colecciones. Lo que se busca es que estos espacios sean el reflejo de valores contemporáneos como la integración de la diversidad y el fomento de la participación de la comunidad.
Para llevar a cabo esta renovación, se han creado equipos compuestos por miembros del staff de los museos y consultores externos, formando comités asesores. Estos están reunidos para concretar informes técnicos que marcarán la pauta en la remodelación de las exposiciones. Las recomendaciones de estos equipos serán la base sobre la cual se erigirán las nuevas propuestas expositivas permanentes, siguiendo ejemplos de buenas prácticas dentro del ámbito museístico europeo.
Se incorporan voces expertas a la transformación cultural
Por supuesto, para que este proceso sea verdaderamente rico y diverso, se ha hecho de la inclusión de varios expertos un punto crucial. Personas como Fernando Saéz y Andrés Gutiérrez, que capitanean los dos museos, y Mercedes Roldán, quien forma parte de la Subdirección General de Museos Estatales, están a la cabeza de este empeño. Pero no están solos, ya que se han agregado al equipo especialistas de distintas áreas, buscando que el proyecto beneficie de su sofisticado conocimiento y opinión en materia de museografía.
Los objetivos de estas instituciones en tiempos de cambio
El Museo Nacional de Antropología mira hacia su 150º aniversario en el año 2025 como la ocasión ideal para desvelar una identidad fresca junto con una manera innovadora de compartir su historia. Las actividades ya en ejecución incluyen el desarrollo de exposiciones temporales de carácter interactivo y colaborativo, además de la revisión de los contenidos ya existentes.
En sintonía, el Museo de América también está recalibrando su lenguaje expositivo para capturar los vientos de cambio de la sociedad y de las ciencias. Este museo ha tomado pasos concretos, como la eliminación de terminología que pueda resultar discriminatoria, y se propone intensificar su enfoque contemporáneo e interconectado.
La expectativa general es que estas innovaciones puedan ser apreciadas por los visitantes a partir del año 2025, en un gesto que simbolizará la evolución de ambos museos como espacios de conocimiento que van más allá de la pura conservación.
El Museo Nacional de Antropología y el Museo de América están poniendo su granito de arena en lo que a renovación y actualización de sus espacios y exposiciones se refiere. El empeño no solo demuestra la voluntad de autocrítica y progreso por parte de estas instituciones, sino también subraya el deseo de abrazar una perspectiva más inclusiva y relevante en la actualidad.
La colaboración con especialistas es una muestra del interés por alcanzar una representatividad rica y diversa en los guiones museográficos que se están gestando. Y es que más allá de preservar el arte y la historia, parece que la mira está puesta en generar espacios en los que el público pueda participar en un diálogo cultural fructífero.
“La cultura de un pueblo se encuentra por encima de las fuerzas de la naturaleza y del curso de la historia. Es el alma de la civilización.” Esta cita de Che Guevara refleja la trascendencia de la cultura y la historia en la identidad de una nación. La iniciativa de renovación de las exposiciones del Museo Nacional de Antropología y del Museo de América es un claro ejemplo de cómo España busca preservar y actualizar su riqueza cultural y antropológica. No se trata únicamente de una transformación estética o conceptual, sino de una profunda revisión de la narrativa histórica que presentamos al mundo y a nosotros mismos. Este esfuerzo por incluir voces diversas y rectificar terminologías obsoletas o discriminatorias es un paso adelante en la construcción de una sociedad más inclusiva y consciente de su pasado. Los museos, como custodios de la historia, tienen el deber de adaptarse y evolucionar junto con los valores de su tiempo, y España está tomando la delantera en este imprescindible proceso de reflexión y cambio.