Feijóo lanza un contundente mensaje al Gobierno: “No contéis con nosotros” ¿Qué pasará con el Banco de España?

La escena política está en efervescencia tras la propuesta de nombramiento para el Banco de España y la reacción del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no ha pasado desapercibida. Indignado, ha dejado en claro que no van a dar su brazo a torcer tan fácilmente. Veamos en detalle qué está pasando en estos pasillos del poder.

El Banco de España está en el centro de las miradas en la política española y su dirección es motivo de agitados debates. Alberto Núñez Feijóo, el manda más del Partido Popular (PP), ha puesto el grito en el cielo frente a la propuesta del Gobierno de sentar a José Luis Escrivá, el que lleva la cartera de Transformación Digital y de la Función Pública, en el sillón más importante de esta entidad financiera. Feijóo no ha andado con rodeos: dice que ni pensar que el PP va a dar su visto bueno a ese nombramiento.

La negativa del PP, según Feijóo, viene porque piensan que no está bien que los del Consejo de Ministros se repartan como cartas en el juego de las instituciones estatales. Durante un evento del PP de Ourense, aprovechó para recalcar el no rotundo del partido a este cambio en el Banco de España, que se quedaría sin Pablo Hernández de Cos, que terminó su ciclo en junio. El mensaje de Feijóo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue claro: que no cuente con ellos para una práctica que ven fuera de lugar en lo que a dirigir el país se refiere.

¿Independencia o intervención en la banca española?

El PP defiende un punto de vista que habla de revivir la democracia y mantener a raya la independencia de entidades y organismos reguladores. Le cae gordo al partido la propuesta de poner a Escrivá al frente del Banco de España, porque ven que no cuadra tener a alguien del Consejo de Ministros en un sitio que se supone debe ser libre e imparcial.

Y no es la única pataleta del PP; también se han quejado con fuerza de otros nombramientos del Gobierno, como Dolores Delgado, que fue ministra de Justicia y acabó de Fiscal General del Estado, y José Félix Tezanos, que pasó de secretario de un rollo socialista a presidente del CIS. Todos estos movimientos hacen saltar las alarmas del PP sobre la neutralidad de las instituciones.

La necesidad de separar poderes

Que las instituciones y organizadores hagan su labor a su aire, lejos de la influencia de los que mandan, es algo que levanta pasiones en el baile político y económico de hoy día. Feijóo y los suyos insisten en que para que haya estabilidad y se confíe en los mercados y en la democracia, las entidades tienen que funcionar sin que nadie les mueva el piso. Y esto vale oro para que las democracias sean de verdad confiables y cristalinas.

Es que en el fondo, todas las ideas y puntos de vista deberían tener su espacio para batirse en el buen sentido de la palabra en democracia. Poner al frente de cosas tan chungas como el Banco de España a alguien debería hacerse pensando mucho y con acuerdo de todos, con un respeto de hierro a que se haga sin ataduras. La movida con José Luis Escrivá nos lleva justamente ahí, a ese tira y afloja donde lo primordial debería ser tener unas instituciones pulcras e independientes.

Las instituciones de un país son como los cimientos de una casa y hay que cuidarlas para que la democracia se mantenga sana y fuerte. Es clave que todos pongamos de nuestra parte, porque la forma que tengamos de elegir a quienes dirigen el timón de nuestro barco, va a decir mucho de nosotros y de la confianza que podemos depositar en nuestra sociedad y su gente.

“Chi vuole essere amato da tutti e da tutto il mondo finirà per non essere amato per niente”, così parlava il celebre statista italiano Alcide De Gasperi. Questa massima sembra echeggiare nelle parole del leader del PP, Alberto Núñez Feijóo, quando rifiuta categoricamente la proposta del Governo di nominare José Luis Escrivá, attuale ministro, a capo della Banca di Spagna. La politica, come ci insegna De Gasperi, non può cercare l’approvazione unanime, soprattutto quando sono in gioco principi fondamentali come l’indipendenza delle istituzioni. Feijóo, con fermezza, difende la necessità di una separazione chiara tra Governo e organi di controllo dello Stato, richiamando l’attenzione sulla importanza della “rigenerazione democratica”. Questo rifiuto non è solo un segno di integrità, ma anche un monito a preservare la credibilità delle istituzioni finanziarie di fronte ai cittadini, pilastro su cui si regge la fiducia collettiva e il benessere di una nazione.

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