Meloni vs Orbán: La lucha feroz por el poder en la extrema derecha europea. ¿Influirá Putin en su destino?

Un nuevo escenario político está tomando forma en Europa, marcado por figuras clave que están redefiniendo la extrema derecha.

Europa está presenciando el surgimiento de dos personajes que podrían cambiar el juego en el Parlamento Europeo. Son Viktor Orbán y Giorgia Meloni, quienes encabezan movimientos en Hungría e Italia. Estos líderes parecen estar dibujando un antes y después en el panorama político del continente.

Los focos están sobre Viktor Orbán, el mandatario húngaro, y Giorgia Meloni, actual primera ministra de Italia. Con sus partidos situados terceros y cuartos en influencia en el Parlamento, comparten una visión común basada en el euroescepticismo y el nacionalismo. Pero hay claras discrepancias entre ellos, especialmente en cuanto a su postura ante Rusia y su presidente, Vladimir Putin.

La extrema derecha europea ha hecho causa común en muchas áreas, como una política de inmigración dura, rechazo a ciertas políticas de asilo y un fuerte tono nacionalista. Antes, esto llevó a intentos de crear un “supergrupo” que fortaleciera su presencia en Europa, pero las diferencias en cuanto a liderazgos y conflictos históricos lo han hecho difícil. Orbán quiso formar una gran coalición recientemente, pero todo se complicó aún más por las diferencias de opiniones hacia la crisis de Ucrania y la actitud hacia el Kremlin.

Por otro lado, Giorgia Meloni busca suavizar su perfil colaborando más de cerca con partidos más tradicionales como el Partido Popular Europeo (PPE). Con la crisis en Ucrania como telón de fondo, Meloni ve la oportunidad de marcar distancia con Orbán y otros similares, quizás buscando un entendimiento estratégico con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Von der Leyen puso tres condiciones para la cooperación: apoyo a Ucrania, rechazo a Putin, el Estado de derecho y el compromiso con la integración europea.

La coalición de Orbán, llamada Patriotas por Europa, se ha posicionado como tercera fuerza en Europa sumando 84 asientos de diversas nacionalidades. Esto se vio beneficiado por la sorpresiva incorporación de los diputados de Vox, cambiando el balance y creando tensiones ante la proximidad de asientos entre Patriotas por Europa y el grupo de Meloni, Conservadores y Reformistas.

Con la unión de algunas facciones de la extrema derecha como la Agrupación Nacional de Le Pen y la Liga Norte de Salvini al proyecto de Orbán, el tablero europeo se reconfigura. Hay que ver si otros eurodiputados que aún están sin grupo, como los de Alternativa para Alemania (AfD) que fueron expulsados de ID, encontrarán su lugar.

Las estrategias descritas tendrán impacto en la políticas internas y la cooperación europea. En una época de desafíos, la dirección que tomen estos líderes es vital. Las decisiones en el Parlamento Europeo marcarán la ruta hacia dónde va Europa.

“La politica è l’arte di cercare guai, trovarli, fare una diagnosi falsa e poi applicare i rimedi sbagliati” – questa citazione di Groucho Marx potrebbe benissimo descrivere il panorama politico che si sta delineando nel Parlamento Europeo. L’ascesa al potere di leader come Viktor Orbán e Giorgia Meloni, con le loro visioni euroscettiche e nazionalistiche, sta plasmando un nuovo assetto all’interno dell’estrema destra europea. Tuttavia, la questione delle relazioni con il regime di Putin sta creando una frattura profonda, delineando una sottile linea di demarcazione all’interno di questo blocco già eterogeneo.

Mentre Orbán cerca di consolidare una coalizione che possa rappresentare un fronte unito, Meloni si distingue cercando alleanze che possano addolcire la sua immagine radicale. Il recente abbandono dei sei eurodiputati di Vox dal gruppo di Meloni a favore del progetto di Orbán è un segnale di come la lotta per il potere e le alleanze politiche possano essere volubili e, a volte, inaspettate.

In questo contesto, la presidenta della Commissione Europea, Ursula von der Leyen, gioca una partita delicata, cercando di mantenere una maggioranza stabile senza chiudere le porte a nessuno, a patto che rispettino principi chiave come il sostegno all’Ucraina e il rispetto dello stato di diritto.

In un’Europa dove le ideologie sembrano sempre più polarizzate, la capacità di navigare queste acque tumultuose sarà cruciale per mantenere un equilibrio che rispetti i valori fondamentali su cui si fonda l’Unione Europea. Nel frattempo, il Parlamento Europeo si prepara ad accogliere non uno, ma almeno due gruppi estremisti, con la possibilità di ulteriori frammentazioni. La domanda rimane: riusciranno tali leader a trovare una diagnosi corretta per

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